Prueba del Volkswagen Polo VI Facelift: ¿qué queda del Golf?

Después de una corta carrera de apenas 4 años, la 6ª generación del Polo ya está siendo sometida a una renovación para estar al día y, sobre todo, para mantenerse por delante de la competencia con el fin de conservar su título no oficial de coche urbano más versátil del mercado.

Con más de 18 millones de unidades vendidas en todo el mundo desde la aparición del modelo en 1975, el Polo se ha convertido en un elemento permanente del paisaje automovilístico europeo. Estudiantes, parejas jóvenes, jubilados, todos encuentran algo a su gusto en el coche urbano de la firma Wolsburg. Esta es sin duda la razón por la que, a pesar del auge de los SUV, el Polo sigue siendo la elección de uno de cada cuatro clientes en el mercado (24% según los datos de VW). Pero, ¿cuál es la receta de este éxito? Como dije en la introducción, su versatilidad. Desde hace varias generaciones, el Polo es la opción preferida de los conductores más exigentes en el mercado de los coches urbanos, con una media de 3 a 5.000 km más al año por cliente que la competencia. El Polo ha mejorado tanto con el tiempo que incluso podría pisar los talones al legendario Golf (prueba de la 8ª generación que se encuentra aquí), que es ciertamente más grande, pero también mucho más caro para un equipamiento equivalente. Sí, podemos hablar de equivalencia al comparar el equipamiento de las dos hermanas de gama y este es el problema que Volkswagen parece saber resolver después de tantos años de milagro.

En términos de aspecto, el restyling del Polo de 6ª generación es sin duda uno de los más logrados de todos los que se han realizado en el modelo desde 1975, señala el concesionario de coches de segunda mano en Sevilla Crestanevada. La aparición del Golf 8 ha abierto el camino a una nueva firma de identidad para la gama y, sobre todo, marca la llegada del nuevo logotipo, que aparece por primera vez en el Polo. El parachoques delantero y el trasero se han revisado hasta el punto de que el Polo es 2 cm más largo. ¿La razón principal? El afilado paragolpes, que confiere al Polo una bonita personalidad y que no es específico del acabado R-Line de nuestro modelo de pruebas, aunque hay algunas diferencias. Destacan los nuevos faros delanteros, que han evolucionado suavemente y sobre todo ofrecen tecnología Full LED de serie. Los LED matriciales, nuevos en el segmento, sólo están disponibles como opción en los dos primeros niveles de equipamiento, «Polo» y «Life». En la parte trasera, también es imposible no notar el cambio radical en el estilo de las luces traseras, que ahora se extienden sobre la tapa del maletero y abandonan el famoso monobloque, que ha sido una característica estándar del buque insignia de la ciudad alemana desde 1975. En general, considero que los cambios de estilo son bastante acertados. Dan a la (no tan) pequeña hormiga una presencia inconfundible en la carretera e incluso sugieren desde la distancia que el Polo podría pertenecer al segmento superior. Hay que decir que es una media de 2 a 3 cm más larga que la competencia y que se sitúa en la gama media alta en cuanto a anchura. A título indicativo, el nuevo Polo es 2 cm más ancho que un Golf 4.

El Polo 2017 ya comenzó con una pequeña ventaja sobre la competencia, que desde entonces se ha agudizado. El Clio 5 y el Peugeot 208 brillan por sus numerosas cualidades y su posicionamiento de precio, a menudo por debajo del de Volkswagen. ¿Cómo seguir en el juego? En una palabra: la tecnología, que no es un avance en todos los campos, como veremos. Barramos rápidamente el capítulo de los acabados, que apenas evolucionan y es una pena, sobre todo cuando se observan con más detenimiento ciertos plásticos como los de las puertas, indignos de este nivel de precio o los utilizados alrededor del freno de mano (¡manual!). El botón de control de los faros, situado como es habitual en la parte inferior izquierda del volante, también podría ser objeto de un pequeño cambio de imagen. El volante evoluciona suavemente y adopta el nuevo logotipo y una forma más moderna que casi ignora el plástico negro brillante, y esto es algo bueno para la calidad percibida. El selector de marchas también cambia de aspecto, al igual que el mando del aire acondicionado, que ahora es táctil, el mayor error ergonómico para mí en este facelift del Polo.

Hay mucho que decir sobre el equipamiento, especialmente gracias a la llegada de numerosos elementos de serie, empezando por el Digital Cockpit de 8,0 pulgadas (disponible en 10,25 pulgadas como opción). El sistema de frenado de emergencia Front Assist y el asistente de mantenimiento de carril Lane Assist también se incluyen desde el primer nivel de equipamiento. El asistente de conducción «Travel Assist», una primicia en el segmento, marca la llegada del nivel 2 de conducción semiautónoma en el Polo con una corrección activa de la trayectoria en caso de adelantamiento del carril de circulación y una función de «atasco» que permite al Polo asumir la aceleración, el frenado y la dirección hasta 30 km/h con la caja de cambios automática DSG7.

El nuevo Polo está muy en sintonía con los tiempos y evoluciona sin problemas, manteniéndose entre los líderes de la clase en términos de equipamiento y versatilidad. ¿Coche urbano premium? Si la prueba de las versiones más altas de gama nos hace pensar que sí, el precio mostrado nos terminará de convencer, pero es una puerta que lleva décadas abierta en Volkswagen. Recordaremos el alto nivel de prestaciones en carretera, las tecnologías de a bordo que suelen estar reservadas al segmento superior, una estética que se ha actualizado en gran medida y unos precios que siguen siendo elevados pero con una buena progresión en el equipamiento de serie. Teniendo esto en cuenta, nos vemos tentados a preguntarnos ¿cuál es la principal razón por la que elegiríamos el Golf si no es el espacio a bordo? No mucho, aparentemente.